Pokémon Plata

 


Hoy toca hablar de la segunda generación. La secuela y supuesta última parte de la saga que cerraba la historia de la primera generación de un modo épico.

HISTORIA


Siendo honesto, la historia de esta segunda generación es algo sosa. Un Team Rocket descabezado trata de reestructurarse en la región de Johto, pero no consiguen gran cosa más allá de provocar una evolución de Magikarp creando así un Gyarados variocolor que puedes atrapar; asaltar la Torre de Radio y poco más.

Después de vencer al Alto Mando, la historia continúa en Kanto, pues se te permite viajar a esa región en barco. La verdad es que hay algo de historia, pero pertenece al postgame.


AMBIENTACIÓN


Se podría decir que la ambientación es la contraparte de la historia, Si la historia era un poco sosa, no lo es la ambientación. Ésta estaba muy cuidada. En Johto se cuidó mucho este elemento, ya que al jugador se le transmiten muchas referencias culturales de la región. Ves templos en más de una ciudad, restos arqueológicos y unas cuevas con inscripciones misteriosas... Y luego está Ciudad Iris. Únicamente en esa ciudad hay más ambientación y más lore que en toda la primera generación. Te cuentan la historia de las dos torres y las dos aves legendarias, el incendio, los tres Pokémon salvados... A mi parecer, es una de las ciudades más emblemáticas de la saga.

La verdad es que todo está muy cuidado. Incluso la llegada a la Calle Victoria y el Alto Mando. El simple hecho de tener que cruzar el lago de tu pueblo natal, atravesar las Cataratas Tohjo y darte cuenta de que ya no puedes usar Vuelo me fascinó y me aterrorizó a partes iguales. Estaba en un lugar inexplorado (aunque viendo el mapa sabía que estaba en Kanto). No estuve seguro en el trayecto hasta la Calle Victoria hasta llegar a la casa donde curan tus Pokémon. Odié el hecho de tener que desandar todos mis pasos para que mi madre me curase los Pokémon. Pero era una dificultad digna de la Calle Victoria.

En cuanto a la ambientación del postgame, es nostalgia pura. Volver a Kanto tres años después de lo vivido en la primera generación es maravilloso. Algo que no se consiguiría con el remake, ya que no recibe esa nostalgia inherente al juego de segunda generación. Te encuentras con unas islas destruidas por la erupción del volcán de Isla Canela; el cierre de la zona safari y otro innumerable número de cambios, como la nueva localización de Snorlax. Cierto es que todos estos cambios (exceptuando a Snorlax) es porque en un cartucho de Game Boy no entraban dos regiones enteras, pero eso el jugador no lo sabe. Aun y todo, la ambientación está tan hecha que todas las "rebajas" de Kanto son comprendidas de un modo coherente.

Qué decir, finalmente, de la cueva del Monte Plateado. Para mí, eso es "el Desafío Final". Con mayúsculas. Un cierre por todo lo alto de la saga. Insisto en el hecho de que Game Freak no tenía pensado seguir con la franquicia, pero el caso es que tuvo tanto éxito que finalmente se decidió seguir y seguir inventando generaciones Pokémon. En generaciones venideras, habría otro tipo de desafíos finales, pero nunca me atrajeron tanto como el de esta generación. Luchar contra Red y su bestial equipo fue como luchar contra tu "yo" de la primera generación. Aunque, siendo sinceros, lo lógico y lo coherente hubiese sido que Red tuviese un Mewtwo en su haber.

POSTGAME


Sobrevalorado por muchos y odiado por muchos otros, el caso es que el postgame de la segunda generación no deja indiferente a nadie. Visitar una segunda región es algo que nunca se ha repetido. Y parece ser que Game Freak está empeñado en que nunca se repita. El por qué no lo sabría decir, ya que todo el mundo lo está deseando. No voy a hablar de la ambientación, que ya está dicha, pero sí de su historia.

Volvemos a Kanto gracias al S.S. Aqua, aunque la verdad es que hubiese preferido que fuese con el S.S. Anne; o, al menos, haber visto alguna otra vez dicho transatlántico en algna otra generación (la séptima creo que habría sido la idónea). Y una vez en Ciudad Carmín, nos toca recorrer tres años después la región de un modo diferente al que la recorrimos en la primera generación. Podemos volver a luchas contra los líderes de Kanto, dándonos cuenta de que su poder de combate ha mejorado sustancialmente, por lo que podemos intuir que los líderes ajustan su equipo al poder del aspirante contra el que lucharán, como se vio en la miniserie Pokémon Origins

Más allá de volver a luchar en los gimnasios y solucionar un par de cosas (como lo necesario para arreglar el Magnetotrén), la verdad es que hay poca historia extra hay. Sin embargo, siemplemente por lo bien ambientada que está esta nueva Kanto, merece la pena todo el postgame.

LEGENDARIOS


En la segunda generación comenzó una tradición que sigue hasta el día de hoy. Cada una de las versiones contará con un legendario en sus portadas y éste será el exclusivo de cada juego. Aunque, para ser sinceros, en ésta segunda generación se pueden capturar a ambos pájaros "mascota" legendarios: Lugia y Ho-oh. El primero es el principal de Pokémon Plata. El segundo de Pokémon Oro. Se escucha a los NPCs hablar de ambos a lo largo de la historia, pero la verdad es que el lore de los legendarios todavía no se profundizaba tanto como en las versiones posteriores. Cierto es, eso sí, que ya se empezaba a vislumbrar lo importantes que iban a ser los legendarios exclusivos de cada juego para la historia principal.

Además de estos dos, también tenemos al trío de perros legendarios: Raikou, Entei y Suicune. Lo más curioso de estos legendarios no es la historia que tienen, que también es bonita, sino la novedad que Game Freak introdujo con éste trío: los Pokémon errantes. ¿Qué es este concepto? Pues legendarios que corretean a lo largo y ancho del mapa, siendo así más difíciles de ser capturados


MENCIÓN ESPECIAL


Cierto es que existe un legendario más: Celebi. Sin embargo, este Pokémon no se introdujo de modo legal en los cartuchos, por lo que para atraparlo necesitabas conseguir el Pokémon del famoso Celebi Tour que realizó Pokémon por aquella época.

CONCLUSIÓN


En definitiva un muy buen juego que quiso dar por finalizada la saga y, sin embargo, creó la leyenda. El mejor juego Pokémon, sin duda alguna. O al menos eso es lo que pensaba antes de que me reenganchase a Pokémon en 2013 y conociese la 6ª generación (con su remake de la 3ª generación), la 7ª generación y la 8ª generación.